sábado, 6 de diciembre de 2014

Se fabrica para que no dure

Aunque hoy en día no este de actualidad informativa este fenómeno de producción, consumista y derrochador, creo que es muy importante recordar que seguimos sumergidos en una sociedad adicta al consumo y empujada por las grandes multinacionales a incrementar esa adicción vendiendonos productos defectuosos que tenemos que reemplazar por otros nuevos en pocos meses o años.

“Todos los aparatos electrónicos están programados para morir”, comenta  el empresario e inventor Benito Muros, impulsor de un movimiento llamado «Sin obsolescencia programada» (SOP)

La obsolencia es simplemente el fin de la vida util de cualquier producto o servicio. La obsolencia programada significa una planificación de antemano por parte del fabricante del producto sobre la duración de la vida útil y utilidad del mismo. Es decir, el mismo empresario decide cuanto tiempo te debe durar la lavadora, la nevera, tu nuevo iPod e incluso tu impresora. Para simplificar, todos los elementos electrónicos entran dentro de este modo de producción masivo, aunque no son los únicos.

Una simple bombilla dio pie a todo este mundo de la Obsolencia programada. En 1925 el Comité de las 1.000 horas de Vida, cuyo objetivo era reducir técnicamente la vida útil de las bombillas, consiguió mermar la vida útil de este producto de 2.500 horas ( la duración de una bombilla en 1911) hasta solamente 1.000 horas (duración media de una bombilla en 1924, tras un pacto entre los principales fabricantes de Estado Unidos y Europa).

 Pero la estrateguia no se basa solo en conseguir que los aparatos electrónicos se estropeen antes de tiempo, si no que con sus estrategias publicitarias y de Márketing estas multinacionales consiguen crear un sentimiento de deseo y necesidad al público, que no hace otra cosa que ansiar desesperadamente comprarse, por ejemplo, el nuevo iPone 6, aunque tengan desde hace pocos meses la versión anterior.

No solo la industria capitalista tienen la culpa, la educación e incluso nosotros mismos somos en gran parte responsable de este consumo masivo que comenzó el siglo pasado y que actualmente no a hecho otra cosa que incrementar. Este aumento trae consigo un incremento de sus consiguientes consecuencias en el ecosistema mundial (con cada vez más residuos) y en las diferencias sociales.


Para finalizar, os quiero dejar documental "Comprar, tirar, comprar", que supongo que mucha gente ya conoce, pero que a mi sigue fascinandome. Es muy explícito a la hora de analizar y explicar el significado de la obsolencia programada y sus consecuencias en nuestra sociedad y en todo el mundo.


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